El balance de Gabriel Reyes Iriarte tras retomar su patente de preparador: «Las cosas se han ido dando y tengo el apoyo de buenos propietarios, a quienes agradezco. Mi papá se jubiló entre comillas, porque igual viene a la cancha. Se está cuidando más pero aún me transmite su experiencia, que en esto vale mucho. Tuve la posibilidad de aprender equitación en España y eso es una ventaja, porque puedo ver cosas desde arriba del caballo. Muchas veces ellos no necesariamente tienen que estar cojos para necesitar ayuda. Igual que un auto, hay que hacer las mantenciones correspondientes para que no fallen, y no esperar a que lo hagan. Lo paso bien y me pagan por hacer lo que me gusta, aunque hay que estar presente de domingo a domingo. Con el nuevo doping, los caballos baratitos que comprabamos en remate ya no vamos a poder correrlos tan seguido, pero hay que adecuarse. Muchos abusaban y ahora ya no van a poder, y eso es bueno porque la competencia será más pareja. Se verá realmente quienes saben preparar. Hoy tenemos 23 caballos y eso es en base a trabajo y esfuerzo. A Oceanbenz le tengo un gran cariño. El año pasado sufrió una hernia y tuvimos que traerlo a Santiago para operarlo de urgencia, se salvó de la muerte y quedó bien. Hoy está aliviado y comenzó a desempeñarse bien en la arena. La hípica es así, todos los días se aprende algo nuevo».