El jinete venezolano Johan Aranguren 🇻🇪 contó su historia en #Partieron: «De niño yo jugaba béisbol y un día nos llevaron a un torneo en Barinas. Como la cancha estaba en medio de un campo donde había caballos y el entrenador no me puso de titular, me fui a montar los caballos y luego me encontraron allá. Quedé suspendido y así fue como tomé la decisión de ser jinete. Mi familia me apoyó, entré a la escuela y en el año de mi debut pude dar el salto a las grandes ligas. De Ciudad Bolívar partí a La Rinconada y gané rápido, pero a los días murió uno de mis hermanos y eso me afectó tanto que estuve 6 meses sin correr. Volví para honrar su memoria y eso marcó mi despegue. Fui elegido Aprendiz del Año y se me abrieron muchas puertas, aunque al principio pasaba castigado. Emisael Jaramillo, Rigo Sarmiento y otros colegas me aconsejaron mucho en mis inicios. Fui aprendiendo y llegué a montar grandes caballos como Mr. Serafini, Daniela Slew y la triplecoronada Ninfa del Cielo, aunque en mi trayectoria también ha habido amarguras. En 2015 me fracturé la tibia, peroné y tobillo y la recuperación demoró tres años. Pensé en retirarme, pero no me rendí. Al volver me di cuenta de cómo la crisis impactó a la hípica y decidí emigrar. No pude entrar a Estados Unidos, pero surgió la oportunidad de venir a Chile y no dudé. Luis Urbina, de quien estoy muy agradecido, vio mis vídeos y decidió apoyarme.»
Y sobre su estreno en Chile dijo: «Debuté con Marca un Después y ese día me emocionó la bienvenida de la gente. Aquí he hecho buenas amistades y me he reencontrado con muchos compatriotas. Es bastante duro lo que estamos viviendo los venezolanos. Antes lo teníamos todo y no nos dábamos cuenta, pero ahora debemos emigrar. Tenemos esperanza y pedimos libertad para nuestro país. Afecta ver las noticias, pues mi corazón está con Venezuela. A la fecha soy ganador de 1.287 carreras y me defino como un jinete atropellador. Me gusta correr de atrás y tengo paciencia para esperar».