¿Y AHORA QUIÉN PODRÁ DEFENDERME? (Vea y opine)
Por Ariel Gómez
“Los apostadores son el eslabón más importante de la hípica”. La frase pertenece a Juan Cuneo Solari, ex presidente del Hipódromo Chile. Cuántas veces la patentó en los discursos de los grandes clásicos. Sin embargo, la reflexión queda en entredicho por la actitud de los hipódromos chilenos ante situaciones irregulares como la ocurrida ayer en La Palma.
Es cierto que en la 19° carrera de ayer no hubo partida falsa (para que ocurra el 50% de los cajones debe funcionar mal) y presentó algunos imponderables que exceden la reglamentación. No obstante, fue una comedia de las equivocaciones (e infortunios) cómo diría Shakespeare. Y los apostadores fueron los grandes damnificados. La cronología fue la siguiente: el #12 Sihar se salió del cajón por su indocilidad. El #9 El Influyente quedó atrapado y se arrancó, siendo retirado. Como consecuencia alteró al #10 Tata Carmelo, el que también fue retirado. Dichas apuestas fueron defendidas por el #12 Sihar sin posibilidad de anular o cambiar el juego por las actuales circunstancias. El hijo de Shanghai Bobby abrió su gatera una fracción de segundo antes del “partieron”, quedando tomado por su parador. Como acto reflejo el #11 Maxxima Lady y el #13 Pampero Facundo quedaron tomados. El enganche estaba en $ 384.400 y 38 de los 107 vales (13 de Sihar más 15 de los retirados) se fueron a la basura sin derecho a competir. Como se dice en buen chileno, “topón pa’ dentro”…
Hoy los hipódromos están vacíos por el Covid-19, pero sus clientes se manifiestan en redes sociales. Y la molestia fue generalizada. Hace un mes sucedió algo similar con la yegua Rain Drops en el Club Hípico de Concepción, que luego ganó dos carreras seguidas. A fines de agosto hubo una partida falsa en el Club Hípico de Santiago. Ayer le tocó al Hipódromo Chile. El acta de comisarios consigna someramente que Sihar “rodó” al partir (quedó tomado) y que Maxxima Lady y Pampero Facundo partieron desmejorados (también quedaron tomados). Es cierto que no fue problema del partidor y hubo imponderables, pero el silencio cómodo termina siendo cómplice antes de actuar con criterio (opción de devolver apuestas de Sihar habría sido plausible). Así como en los casinos y grandes empresas existe atención al cliente, ¿dónde los apostadores pueden efectuar sus reclamos? ¿Les interesa a los hipódromos ofrecer este servicio, mejorar y enseñar la reglamentación vigente y tener retroalimentación con sus consumidores? Los pocos medios hípicos que quedan, prácticamente ya sin financiamiento y cerca de cerrar, son los que hoy deben realizar la doble pega de informar y servir de nexo con los “clientes” cuando se producen situaciones incómodas. El dinero en juego y la transparencia demandan mayor responsabilidad de los dueños del espectáculo. Como diría el Chapulín Colorado, ¿y ahora quién podrá defenderme? Y eso que los apostadores son el eslabón más importante de la hípica. Decían…